NOSOTROS

Cuando era niña, mi madre me llevaba a una zapatería en el centro de Cádiz.

No era una zapatería cualquiera.

 Al entrar, un olor a madera te envolvía, el orden en el que estaban colocados los zapatos casi de manera obsesiva, se quedó clavado en mi memoria.

El señor de la tienda, siempre me regalaba un globo rojo con una cálida sonrisa.

Esa zapatería despertó en mí una pasión, mi ilusión por supuesto era el globo, siempre quería acompañar a mi madre, incluso le pedía que me llevara.

Nunca fui buena estudiante y empecé a trabajar en tiendas de moda, lo que me gustaba era ayudar a la gente, a día de hoy sigue siendo mi motor.

 

Años más tarde, la vida me llevó por caminos duros:

•  Desempleo.
• Sin un puto duro.
• Y en la calle sin poder pagar el alquiler de la casa.

A consecuencia de esto, decidimos hacer las maletas e irnos a Andorra buscando salidas laborales.

 

Allí, trabajé en moda, mi primer contacto con marcas del lujo donde aprendí una atención al público impecable y donde descubrí mi verdadera pasión:

Asesorar y ayudar a mujeres a conectar con la ropa, para sentirse bien y potenciar su belleza.

Pero la vida es caprichosa y termino en Torrox, un pueblo de Málaga.

La mudanza la hicimos en un Opel Corsa, así que ya te puedes imaginar, encima pinchamos en Madrid, OH MY GOD.

En este pueblo, muere la posibilidad de trabajar en moda y toco fondo.

 

 

Entonces llegó Neo, el amor de mi vida.

Mi perro.

 

No mi marido.

 

Bueno mi marido también es muy importante para mí.

Pero mi perro más, jaja.

Neo, es de raza PODENCO.

El me enseña los verdaderos valores de la lealtad, la autenticidad y el respeto por la naturaleza.

Me recuerda la importancia de la palabra honestidad.

 

Esto me hizo reflexionar, y en lugar de quedarme a esperar y trabajar en otro supermercado del pueblo, me hice una pregunta.

Una que nacía de lo que de verdad me llenaba…

"¿Cómo puedo ayudar y asesorar a la gente con los valores aprendidos y vivir de mi pasión?".

 

Así nació PODENCO.

Que rescata el encanto de las boutiques de barrio.

Donde te sentías escuchada y atendida con esmero.

Ahora puedo asesorarte y ayudarte con mis propios valores, con la ropa como hilo conductor.

 

Esta boutique lleva un pedazo de mi historia, de Neo y de aquella zapatería.

 

Un homenaje a esos pequeños detalles que marcan la diferencia.

Como el vínculo eterno entre una mujer, su perro y sus sueños.